La idea del proyecto comenzó antes de salir de viaje, pero recién andando el camino hemos podido empezar a darle forma.

Creo que todo nació después de una presentación que hicimos en un hogar de menores en Santiago de Chile. Quedamos embelesados y emocionados con las sonrisas que recibimos después de presentarnos.Nos ayudó a entender que, aunque sea en cuarenta y cinco minutos, uno podía, por un rato, cambiar la realidad de los chicos. Regalarles la posibilidad de ver algo a lo que no están acostumbrados. Dejarles por un buen rato una sonrisa en la cara. Y eso se convirtió en nuestra búsqueda.

Queremos llevar el circo y el teatro a los lugares donde casi nunca llegan. Es por eso que nos propusimos, durante el viaje, armar la parte social de nuestro proyecto, y es ahí que nace Sonrisas en la ruta, un proyecto de circo social que consiste en accercar el circo y el teatro a la mayor cantidad de gente posible. Unir las fronteras y las diferencias a través del arte. Es por eso que realizamos nuestro espectáculo en escuelas rulares, hogares de menores, cominidades indígenas.

Queremos seguir creciendo, queremos seguir actuando, regalando buenos momentos, dejando Sonrisas en la ruta.